Recuerdos

  Tal vez pueda empezar esto así "remember remember the fifth of May..." mmmmmmm.... al menos si rimara.... o tal vez "may the fifth be with you"..... ok, eso ya simplemente no tiene sentido... O quizás con un chiste... Un argentino un español y un alemán entran a un bar un 5 de mayo... aaaaaaay por favooooor... Pobres intentos de comienzo, pero lo cierto es que no son mas que excusas para repetir una y otra vez una fecha en particular, una fecha que quiero que se grabe en mi mente y la razón es la persona que conocí en ese 5 de mayo dos años atrás, la misma persona a quien este texto va dirigido, y a quien, con tu permiso amable lector que aún recuerda este humilde espacio, le voy a hablar de ahora en mas. Entonces, por favor, de la mano camina con migo y recordemos juntos. Y no lo olvides, no pises la unión de las baldosas, porque te morís, se sabe.

  5 de mayo, es el dia que me encontraste, era de noche y nuestras respectivas jornadas habían terminado, vos en tu casa acostada con tu hijo, yo en la mía acostado mirando youtube, sobre aquella primera charla, solo aquellos que eramos entonces recuerdan los detalles, pero si recuerdo tres cosas, no tardamos en intercambiar teléfonos, ni en comenzar a hablar sobre series y no tardaste en retarme por no haber visto Braking Bad, tal vez sembrando una de las bases de que sería nuestra relación, en este contexto GOT no tardó en salir a la luz, serie que ambos veíamos y devorábamos con cierta religiosidad. Desde ahí nuestras charlas fueron yendo por temas cliché, nuestras familias, nuestros trabajos, estudios, nuestro pasado y nuestro presente, y otros tantos que no eran tan cliche para dos personas que se estaban conociendo como las películas italianas por ejemplo. Las horas se convirtieron en días, y hablamos todos ellos, haciéndonos compañía en el transcurso de la jornada, desde temprano esperando despertar al otro, y en la noche hasta quedarnos dormidos. Vos te pusiste como meta ser suficientemente plaga para que yo te bloqueara y admito que hiciste lo posible, pero en esa tarea no tuviste éxito (aunque a veces pienso que todavía lo intentas), tu hijo, tus gatos, mi madre, mi perro, contarnos pequeños detalles sobre nosotros, sobre lo que nos gusta y lo que no, ambos queriendo aprender como complacer al otro. Estar presente en el día a día, los mensajes de voz, escucharte y darme cuenta que sonreías al hablar y que me digas que te gustó mi voz... que lindo alago. Nuestro gusto por las películas pasaron la prueba de fuego, y ambos aprobamos lo que lo que el otro contaba. La rivalidad, Star Wars vos Star Trek yo, un choque de visiones que nos enfrentaría en no pocas ocasiones (y que aún lo hace). Los apapachos, palabra que se repetiría como símbolo de lo que a ambos nos faltaba, de lo que ambos queríamos recibir, y también necesitábamos dar. Los besos, hablamos mucho de los besos, pero de lo que hablamos sobre el tema pertenece a una intimidad que no voy a compartir acá.

  Los palos para vernos no se hicieron esperar, Sugeriste de encontrarnos en un festival, yo no entendí lo que me proponías y hubo un mal entendido, pero igual no podía asistir, te pedí perdón y que me entendieras, vos parecías decepcionada, y yo me sentí mal. Pero lamentablemente no sería única vez, y con cada rechazo, y con cada negativa, temía dar la impresión de no que no quería verte, y lejos estaba de eso, pero entre las obligaciones, las experiencias del pasado y los nervios no podía hacer otra cosa. Y si, dije nervios, estaba nervioso, estabas demostrando ser esa persona que quería lo mismo que yo y no quería arruinarlo. Pero eventualmente todo lo que podíamos hablar a la distancia lo hablamos, y de lo que quedaba se tenia que hablar de frente, mirando a los ojos, "creo que ya va siendo momento que indaguemos en otro tipo de charla" me dijiste y yo no podía estar mas de acuerdo. Y así fue como cinco días después de que me retaras por primera vez, acordamos encontrarnos y que sea la historia la que nos juzgue. Yo sugerí Ramos, terreno neutral, vos me retaste (de vuelta) por no sugerir Moreno, casi como en acto de desafío, así que, y cumpliendo con tu capricho quedamos en el Cafe Martinez de Moreno. Pero ese 10 de mayo no estaría signado únicamente por nuestro encuentro. Ese 10 de mayo comenzó con nosotros hablando, en realidad no habíamos dejado de hacerlo, y seguimos hablando hasta la madrugada en una suerte de preludio al inminente encuentro, pero en aquel intercambio de opiniones y pareceres, nuestra charla se hizo muy intima, y ahí mismo, vos en tu casa, yo en la mía, sin habernos visto a los ojos, sin habernos tocado, sin habernos siquiera besado, nos sentimos, sentimos nuestras caricias, nuestros abrazos, nuestra piel, y al final dormimos juntos, abrazados, y sin prestarle atención a la distancia, sintiendo al otro muy cerca. Y la noche dio paso al día, me saludaste y yo estaba feliz por eso, no hubo arrepentimientos, no hubo marchas atrás ni lamentos, solo quizás el no haber estado físicamente juntos, pero en un par de horas eso iba a cambiar, dejamos de hablar el resto del día para tener cosas que contarnos a la noche.

  Al rededor de las seis menos veinte salí a nuestro encuentro, debíamos vernos a las 6 y media y el tiempo de viaje era de unos 40 minutos aprox, el celu no andaba muy bien que digamos, pero mas o menos sabia como llegar, que podía salir mal? Ah, te dije que estaba nervioso? Bueno al rededor de las seis y media, y yendo por el acceso oeste me di cuenta que no solo me había pasado la bajada de moreno, si no, que ya me había alejado pero no sabia cuanto y ahora tenia que volver, de esto claro, te estas enterando ahora, porque en su momento mande un audio pidiendo disculpas por la demora, y se la atribuí a un descuido mio y al trafico. Para cuando llegue (20 minutos tarde) Vos estabas esperando adentro, sentada por la vidriera, ambos nos reconocimos.y enseguida fui hacia vos esperando que mi torpeza natural, junto a mis nervios no me jugarán una mala pasada, no lo hicieron, nos saludamos como amigos, lejos de las pasiones demostradas las ultimas noches, aun eramos extraños que se veían por primera vez. Me senté enfrente tuyo y enseguida tomaste la palabra y no me costo mucho seguirte. No te gustaban las vidriera, eso me dijiste, y querías estar sentada en uno de los sillones del fondo, donde se estaba mas cómodo para poder hablar, pero el lugar estaba ocupado por una conocida tuya, a la cual no dejaste de apurar por lo bajo para que se fuera. Pedimos los dos un café con leche en un generoso tazón, y vos ademas pediste una porción de torta de mousse de chocolate, de la cual te declarase adicta. La conversación fue fluyendo en contarnos como había sido nuestros días desde que dejamos de hablar, y en refrescar y ahondar sobre algunos temas que ya habíamos hablado y otro de los que no, me enseñaste algunos de tus tatuajes, y también me hiciste oler tu perfume, muy rico por cierto. Finalmente tu conocida se fue y nosotros pasamos nuestras cosas a la otra mesa, pero esta vez nos sentamos uno al lado del otro. Pudiendo sentir tu perfume con más intensidad, hablamos un poco mas y no tardaste en sacar el celular, "listo, ya se aburrió" pensé por mis adentros, pero entonces hiciste algo que ya me habías dicho que hacías, pero aun así me tomo por sorpresa. Subiste tu pierna sobre la mía, y en ese acto, tan simple, me diste la seguridad para no desanimarme, unos momentos después me estabas mostrando fotos de los tatuajes que hace tu hermano, y por la forma en que sostenías el teléfono solo podía verlo si me inclinaba hacia vos, pero dejaste que me recostar a sobre tu pecho (bien hecho chica lista) mientras yo acariciaba tu pierna. Asi­ estuvimos un rato, y entre opiniones y comentarios, entre sorbos de café y bocados torta, y a pesar que me pediste que no lo hiciera porque había mucha gente (y ya con tus dos piernas sobre las mías, por cierto), te di nuestro primer beso, un beso que se hizo esperar, un beso que quería darte desde hace mucho, pero en definitiva un beso que los dos queríamos (aunque hoy me digas que no). De cómo siguió la cita en el café no puedo acordarme mucho, nos seguimos besando eso si, y mis recuerdos se funden con la suavidad de tus labios y el placer que sentía en ese momento. Pero si recuerdo que, cuando nos fuimos (un poco mas de dos horas después) no me dejaste pagar, y cuando salimos me tiraste un "Qué hacemos" trague saliva y te mire con desconcierto, no había pensado en el después del café, no pensé que iba a haber un después del café, y tampoco estaba seguro de que proponer o que estabas esperado de mi, así que en mi confusión y nerviosismo por no demorar la respuesta, te sugerí seguir "matándonos a besos en el auto" propuesta que, aunque te causó mucha gracia, rechazaste con no poca cortesía. Tal vez te habrás dado cuenta de mi falta de plan o inseguridad, porque me sugeriste ir a tu casa a ver una peli, y yo accedí. Me guiaste por las calles de Moreno. Al llegar a nuestro destino me presentaste a tus gatos, y fuimos a la pieza y pusiste en mi honor la nueva peli de Star Trek, pero no la vimos realmente, no queríamos ver la película, queríamos vernos a nosotros, queríamos estar juntos, queríamos besarnos, y apapcharnos, y si bien hicimos todo eso no tuvimos relaciones esa noche, pero lo que si hicimos, lo disfruté, lo disfrute mucho.

  Tu hijo llegó un rato después, nos presentaste, y el me presento a sus juguetes y los tres (y los juguetes claro) nos quedamos en esa cama viendo un programa que puso el, y en ese paisaje, yo abrazado a vos, tu hijo a las pies de la cama rodeado de juguetes, vi la escena de una familia pasando tiempo juntos, y no voy a mentirte, me gustó mucho esa idea. Hubiera querido quedarme a dormir esa noche, abrazado a vos, hablando en susurro, pero no me lo podía permitir. Trabajo, estudio, familia eso me dije y te dije para justificarme, pero el principal motivo, que no te dije en ese momento y te lo digo ahora, era miedo. Lo que había sentido, el amor y cariño que me diste, y la inesperada sensación de felicidad en la visión de la familia era mucho más de lo que podía esperar y tenia miedo de que el equilibrio o una estupidez mía me arrebataran eso y se vuelva todo solo un recuerdo mas, como ya sabes me había pasado antes. Así que me fui, vos también querías que me quedara y eso lo hizo aún más difícil. En la puerta de tu casa me abrazaste por el cuello y yo por la cintura y con largos y tiernos besos nos despedimos de este primer encuentro con la sensación de querer más y con la promesa de dárnoslo.

  Tres días después nos volvimos a ver en un evento que me reunió y me presento con todos tus amigos y parte de tu familia pero de eso no es necesario hablar acá, basta con decir que desde esa noche nuestra historia tomo su propio curso. Y así los días se convirtieron en meses, a veces bien, a veces mal, riendo o discutiendo, durante un tiempo te perdí o te escondiste mejor dicho, pero encontramos la forma de encontrarnos, salimos, viajamos, compramos, compartimos, nos mudamos, ambos perdimos seres queridos y nos apoyamos y ahora estas acostada a mi lado, abrazada a mi escuchando estas palabras y, aunque vos no creas en eso, yo no podría ser más feliz.


  Las horas se convirtieron en días, los días en meses, y ahora puedo decir que los meses en años, el segundo de muchos mas.


En ingles: Moon

 


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