La primera es corta....... Pabote........

Las cronicas subjetivas de un tercer viaje de egresados

Del inicio y del viaje

Todo estaba dado, mis días de trabajo terminaron y por las próximas tres semanas no me iba a tener que preocupar mas por modos de impresión, pasadas, materiales y medidas y clientes caprichosos. La presión en mi casa para que vea la ropa que iba a llevar y arme las valijas era mucha e iba en aumento, pero sabia muy bien lo que iba a llevar y mucho tiempo armar una valija no me lleva por lo que me daba el lujo de ignorarlos categóricamente. Pasaron los dos primeros días de mis últimos días en BS.AS. tratando de no pensar demasiado en lo que estaba por venir, quería evitar el nerviosismo y la ansiedad de lo que serian mis primeras vacaciones solo con amigos y lo que para todos seria el primer año nuevo entre amigos y lejos de la familia.

Así entre idas y venidas llego día señalado, y algún día, la leyenda dirá que cuando todos hubieron terminado sus responsabilidades diurnas se subieron a la Kangoo de Ari y tomaron la ruta con destino a la costa.

Salí de mi casa a las 16:15, con el que creía tiempo suficiente. Por delante me quedaban un colectivo un tren y un subte y una caminata de 10 cuadras, podría haber usado un trayecto un poco mas directo, pero quería disfrutar cada segundo que pudiera de esta, para mi, nueva experiencia. Cuando subí al colectivo, a unas dos cuadras de mi casa, no podía dejar de pensar que una parte de este camino lo venia haciendo los últimos 3 años para ir a mi laburo, incluso con mi fiel bolso negro al hombro, casi se podría decir por inercia, pero ese día no lo iba a completar, esta vez no, al llegar a Ramos y al bajar por el túnel, me detendría en la mitad de este y subiría a los andenes del Sarmiento y solo entonces, tendría la seguridad que aquel no era un viaje mas, no era una rutina mas, y podría palpar con la seguridad de la yema de mis dedos de que en ese momento empezaban mis vacaciones. Como es mi costumbre (que a este punto de mi vida dejó de ser planificada), llegue en punto al lugar del encuentro (incluso me di el lujo de no encontrar la direccion y pedir indicaciones como un turista cualquiera) lo que, como también es costumbre, provoca que sea el primero en llegar. Luego de entre 30 o 40 minutos de estar esperando a que alguien apareciera veo hacia mi izquierda, en la esquina de Azopardo e Independencia una mano oscura que se agita. El Negro había llegado con Guillote y la Kangoo, lo cual no llamó mi atención, ya que ambos trabajan juntos, y dicho sea de paso, para estas alturas ya se habian calvado una cerveza. Todo el equipaje ya había sido meticulosamente acomodado cual piezas de tetris por Ari , por lo que solo restaba los otros dos integrantes de este viaje. Axel, que debía estar por llegar, y el propio Ariel, quien estaría saliendo de su laburo de un momento a otro. Ninguno se hizo esperar más de lo necesario, en apenas unos minutos, estábamos los cinco acomodándonos dentro del vehículo, y habiendo ultimado los detalles finales comenzó el viaje. De lo que seria el grupo final solamente faltaba el Lagarto, quien por cuestiones maritales se reuniría con nosotros el primero de Enero a la tarde.

La autopista estaba algo cargada, así que, en un principio la cosa fue un tanto lenta, el horario que elegimos para esta travesía coincidía con los horarios de salida laborales de casi toda la capital, por lo que tanto afluente de vehículos era comprensible, pero todos estábamos tranquilos, y nadie nos apuraba, teníamos mucho tiempo por delante, y no nos lo íbamos a arruinar haciéndonos mala sangre, pero una ves que dejamos atrás el bolonqui de la ciudad y tomamos la ruta empezamos a ganar un poco mas de velocidad. El viaje en si resultó muy agradable, sin sobresaltos ni contratiempos, bueno... salvo por Guillote que por atender sus necesidades fue víctima del sentido del humor, algo pesado en ocasiones, de los restantes viajeros cuando sigilosamente nos alejamos unos 100 mts tal vez, mientras el estaba de espaldas a nosotros y de frente a un árbol. Claro que de alguna forma tambien pagamos este atrevimiento al tener que esperar a que volviera, ya que lejos de apurarse, lo hizo con suma tranquilidad el muy pancho. Pero más allá de esto el resto del viaje fue un compendio de charlas, risas, chistes, mates, todo acompañado por música, videos y películas de Olmedo, pero siempre con la certeza de que en 5, tal vez 6 hs como mucho estaríamos llegando a nuestro destino y a lo que sabíamos, y para lo que nos habíamos preparado, serian 8 días sin desperdicio ni privaciones, condenados
a pasarla bien cada momento.

Proximo Capitulo

1 Firulete(s) bien dicho(s):

Andrés E. Arroyo dijo...

Corrección: YO y mis horas de tetris en la infancia, ya sea en arcade (si! ponia moneditas en los arcades para jugar a esto cuando en su momento me parecia todo un desafio), NES, SNES, Mega Drive, Tetris de mano (el de musiquita molesta que traía 10.000 versiones), ya desvarie...
Sigo, todas esas horas ayudaron mucho para acomodar todo en la parte de atras de la Kangooneta. Incluyendo, pelotas, bolsas, valijas, mochilas y mate que rompieron y no me pagaron ¬_¬ (#%!).

 


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